domingo, 25 de octubre de 2009

Y jugando a ser princesa

Y jugando a ser princesa
te convertí en mi caballero.

Y de mi pecho hice tu hogar,
y de mis brazos tu cielo.
Y queriendo volar alto,
te subí en lomos de Pegaso,
y te llevé al infinito
y te hice dueño
de mis sueños.
Te enredaste en mi melena,
la que tanto adorabas,
y yo me enredé en tu cuerpo,
al que tanto deseaba.
Te dejé vivir en mis sueños y
hacer tu nido en mi alma.
Fuiste tan mío y yo tan tuya,
que nos confundían con un solo ser.
Y jugando a ser princesa,
me caí de una estrella,
tu estrella y
encontraste a un hada,
que en tu
corazón anidaba, y me convertí
en la bruja mala del cuento.
Mis sueños ya se han ido,
ya no estoy en tus sueños,
ahora me he convertido en Cenicienta
de nuevo.
Ya han dado las doce, mi hermosura,
mis zapatos y mi vestido,
se han vuelto trapos feos,
y mi cara, ni te cuento.
Ya no soy la princesa de este cuento,
pero tú si que eres el príncipe para
el cuento de otra.
Me comeré la manzana envenenada de la bruja
y con mi muerte terminaré este cuento.
Hasta siempre caballero.


Luz María García Sánchez

Pides que desnude mi cuerpo.

Pides que desnude mi cuerpo,
y yo por vergüenza, por miedo,
te lo niego.
Te desnudare mi alma,
para que puedas ver
lo que tengo dentro.
Desnudare mi corazón
para que puedas asegurarte
de lo mucho que siento
por ti, de lo mucho que te quiero.
Pides que desnude mi cuerpo
y no ves que me da vergüenza
que me da miedo, de que veas
las cicatrices que todos tenemos
en el corazón.
Me pides que desnude mi cuerpo,
y yo aceptare si me prometes
que cubrirás mi piel con el calor
de tu cuerpo, si me dices,
que besaras cada rincón
con ternura, con deseo.


Luz María García Sánchez.

Para la familia, Miguel Ríos.

-Aún no te hecho de menos,
porque no me creo que te hayas ido.
Aún no te he llorado lo suficiente ,
porque te siento aquí conmigo.
Miro tu retrato, tus fotografías,
miro tu ropa, tu cama vacía.
Y aún me niego a creer que ya te me has ido.
Que no te veré más, que no sentiré tus latidos,
que te llamaré
y no habrá una respuesta, ni un solo suspiro.
Hubiera aprovechado tus últimos momentos
para vivirlos contigo.
Pero la distancia nos separo
y no pude agarrar tu mano,
ni escuchar tu último suspiro.
Que sepas que siempre te llevare conmigo,
tenia miedo a perderte
y te he perdido.
Y ahora me doy cuenta
de lo mucho que te he querido.
Aunque sea tarde déjame decirte,
te quise, te querré y te quiero.
Has dejado silencio, has dejado vacío,
en el corazón de tu mujer
y en el todos tus hijos.
Y también en el corazón de todas aquellas personas
que te han conocido y te han querido.

Para José Miguel Rodríguez.


Luz María García Sánchez

La Sonrisa Dormida.

Hasta mañana , dices, y tu voz se apaga y se desprende
como la nieve.
Lejos, poco a poco,
va cayendo y se duerme
tu corazón cansado.
Tras la penumbra de tu carne crece
la luz intacta de la orilla.
Vuela una paloma sola.
Se oyen trenes
perdidos en la noche entre las sombras
de las encimas y del trigo verde.
Hasta mañana, dices, tu sonrisa
se va durmiendo mientras Dios la meca,
mientras se queda ciega tu hermosura,
mientras vas caminando dulcemente
por esa senda pura que algún día
te llevará dormida hacia la muerte....



Leopoldo Panero(1909)


Este libro es una reliquia,
ya que tiene 41 años.
Es un legado que me ha dejado
mi Tía Abuela, ha la que ya le he escrito varios poemas.
Este en especial, va dedicado a ella.
Por que por desgracias, se me esta muriendo lentamente.


Luz María García Sánchez
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Gracias por leerme.