como la nieve.
Lejos, poco a poco,
va cayendo y se duerme
Tras la penumbra de tu carne crece
la luz intacta de la orilla.
Vuela una paloma sola.
Se oyen trenes
perdidos en la noche entre las sombras
de las encimas y del trigo verde.
Hasta mañana, dices, tu sonrisa
se va durmiendo mientras Dios la meca,
mientras se queda ciega tu hermosura,
mientras vas caminando dulcemente
por esa senda pura que algún día
te llevará dormida hacia la muerte....
ya que tiene 41 años.
Es un legado que me ha dejado mi Tía Abuela, ha la que ya le he escrito varios poemas.
Este en especial, va dedicado a ella.
Por que por desgracias, se me esta muriendo lentamente.
Luz María García Sánchez
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