Tus ojos son mi océano,
en ellos me sumerjo y diría
que estoy en el cielo.
Tus brazos son mi tabla,
me ayuda a no hundirme
si en mi día a día,
tengo problemas,
me ayuda a superar
y vuelvo a flotar.
Tu boca es mi agua,
que sacia mis deseos.
Tu cuerpo es la isla desierta
donde me gustaría afincar
mi vida.
Tu corazón es la casa,
donde me quedaría a vivir,
toda, todita mi vida.
Luz María García Sánchez.
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